Reconocer saberes endógenos

De Participación Ciudadana
Foro Abierto: Programa de Radio IDELA
Por Estudiantes de Maestría en Derechos Humanos y Educación para la Paz




Juan José Bautista nos recuerda que las ideas son conexiones neuronales-materiales que  traspasan los aprendizajes entre generaciones. La colonización primeramente produjo la marginalidad y destrucción de cualquier saber pedagógico de lo que significaba pertenecer a esta tierra. Comenzamos a pensarnos como dominados.  En la medida en que se repitía un conocimiento; la sinapsis se va fortaleciendo. Por esto, el intento de repensarnos a nosotros mismos "desde" América Latina es la clave para conocer nuestra propia realidad (no ajena) desde el apropiamiento espacial, político, cultural, existencial. 

La relación subjetiva  y solidaria con el todo que concebían  nuestros propios pueblos originarios desarrollaban una relación con la vida mas cercana, directa y verdadera; no falsa como lo racionalizó la objetivizacion -egoista- moderna.  Entonces, se podría decir que el engaño funcionó; así vivimos una vida alienada; es decir -no nuestra-; vivimos siempre dominados de la mercancía capitalista-moderna.

Observar desde lejos a los saberes ancestrales es folklorizar y asumir como inferior lo que fueron realidades que no conocimos, por tanto; no interiorizamos. Entre todo esto, el concepto propio y real latinoamericano de "Comunidad"  se contrapone absolutamente a las invenciones del racionalismo modermo guiado por intereses particulares; no solidarios.

Los ciudadanos capitalistas no piensan en solidaridad. Los sujetos capitalistas no tienen conceptos comunitarios; menos en movilizaciones para salir y dejar atrás la cultura de dominación.  En este caso; la revolción "verdadera" se genera en creer y repensar; creer en otras posibles y diferentes formas de vivir y convivir; pero repensar con critica las experiencias socialistas en su praxis pasada. Es tomar conconcia de lo que ahora existe; con que contamos; pero sobretodo; hacia donde vamos.

Entre toso esto; De Soussa Santos nos recuerda que una realidad fundada en la razón metonímica, la transformación del mundo no puede ser acompañada por una adecuada comprensión del mundo. Esa inadecuación significó violencia, destrucción y silenciamiento para todos los que, fuera de Occidente, fueron sometidos a la razón metonímica; y significó alineación en el propio Occidente. Propone entonces; el dialogo de saberes:

Debatimos; qué significa la participación ciudadana desde América Latina? Cómo contraponer el conocimiento local al universal?


Fuente: De Soussa Santos; B. (2006) Conocer desde el Sur: Para una cultura política emancipatoria. Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales.  I Edición. Lima. 2006.

Bautista, Juan Jose. (2014) Que significa pensar desde América Latina: hacia una racionalidad transmoderna y postcolonial. Akal Editores. España.









Comentarios

  1. ¿Cómo descolonizar la práctica académica y algunas prácticas de activismo y procesos de transformación social?

    Tal como lo menciona Juan José Bautista (2014) es necesario que los problemas que se han analizado en otros momentos, sean de nuevo interpretados pero desde otras perspectivas, es decir, comprendiendo los procesos históricos por los que ha tenido que pasar la región, sin olvidar las diferentes culturas y actores que empiezan a intervenir en el escenario político.

    De este modo, se propone que desde las ciencias sociales y la filosofía, se amplíe la visión de los movimientos populares diversos, que empiezan a irrumpir en la política como respuesta a los mecanismos de opresión de los sistemas imperantes. El paradigma epistemológico anglosajón o europeo empezó a replantearse desde la Academia y progresivamente se ha venido dando paso al pensamiento descolonial, pensado desde los propios problemas que son locales y no universales.

    El pensamiento globalizado no permite el desarrollo local ya que evita que se parta desde una perspectiva propia, que integre las necesidades y las dinámicas sociales del entorno inmediato. La nueva epistemología propicia entender, en palabras de Bautista “por qué pensamos lo que pensamos cuando pensamos”, con lo cual se descoloniza el pensamiento europeo, que negaba toda posibilidad de reflexión sobre las categorías y las formas del pensamiento, lo cual en lugar de producir descubrimiento, generaba “encubrimiento”.

    La no comprensión de las realidades propias desde dentro, ubica a los pueblos latinoamericanos en una posición de inferioridad, pues al ser estudiados desde pensamientos eurocéntricos y norteamericanos, se los considera como fuera de la “modernidad”, del “desarrollo”. La ciencia y la filosofía sostuvieron estas visiones durante cinco siglos, por lo cual se ha establecido en el imaginario colectivo.

    Como lo señala Boaventura de Sousa (2006), esa visión de mundo que parte de occidente se ha instalado como la única y verdadera, siendo entendida como razón metonímica, que resulta parcial, selectiva, limitada para comprender el mundo. Este entendimiento parcial e impuesto del mundo ha provocado que se desvalorice la “riqueza inagotable del mundo y del presente”. Hay un llamado a crear nuevos espacios y nuevos tiempos, ampliando la comprensión del mundo, y es posible a través de esto, librarse de las relaciones de poder y traer a la vida otra forma de relacionarse, transformando lo imposible en posible.


    Fuente:
    De Soussa Santos; B. (2006) Conocer desde el Sur: Para una cultura política emancipatoria. Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales. I Edición. Lima. 2006.

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  2. Parte 1/2

    Con su crítica de la razón Metonímica, Boaventura de Sousa Santos (2006) nos invita a pensar las realidades, los procesos, las partes y las personas como una totalidad en sí mismos, es decir, con su propia subjetividad, historia y acciones, esto sin analizarlo o verlo desde una óptica preestablecida (p. 70). Ejemplo de esto es ver la mujer como persona en sí misma, y no a partir del hombre, ver la participación ciudadana en función de las posibilidades y oportunidades de las personas, y no desde la idea generalizada de participación.

    Ejemplo de esto es también lo mencionado por Dussel (2012) en el vídeo del foro anterior, cuando indica que os avances y las herramientas tecnológicas son importantes y necesarias, es un aspecto positivo de la globalización, pero el carácter y la forma en la que estas son utilizadas es lo que puede diferir cultural y socialmente. Es decir, la utilidad y apropiación de dichas herramientas debe ser vista a partir de un carácter autóctono y específico y no desde una visión de “modernidad” que nos diga si están siendo utilizadas de la manera “adecuada”.

    Así mismo, en la entrevista de Dossier a Bautista, este hace énfasis en la importancia de descolonizar la práctica educativa, buscando recuperar la memoria y conciencia de un tipo de historia que busca volver a pensar los problemas sociales. Es recuperar las historias y realidades de grupos marginados, campesinos y pueblos originarios. Esto es, visibilizar lo que había estado hasta ese momento invisibilizado por el sistema (VTV Programas Completos, 2017).

    Ante esto, de Sousa Santos nos plantea que existen 5 formas sociales principales de no existencia producidas o legitimadas por la razón metonímica: lo ignorante, lo residual, lo inferior, lo local, y lo improductivo (p. 77). Esto se promueve mediante discursos como: “el pobre es pobre porque quiere”, “cuando usted sea adulto va a entender y poder tomar decisiones, todavía no”.

    Además, se habla de una sociología de las ausencias como herramienta para entender y transformar estas formas de “no existencia”. Según el autor, “se trata de una investigación que intenta demostrar que lo que no existe es, en verdad, activamente producido como no existente, esto es, como una alternativa no creíble a lo que existe” (p. 78).

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    1. Parte 2/2

      Este proceso descolonizador parte, en primera instancia, de saberse y entenderse como colonizado y entender cuáles son las ideas, actitudes y prácticas que estoy reproduciendo y de donde vienen. Y entender que estos procesos se marcan a través de la cultura y que no estamos exentos de ella.

      Por ejemplo, cuando trabajo el tema de la perspectiva de género, la sexualidad integral y derechos de las personas LGBTIQ, existen ocasiones en las que los hombres gays (que viven procesos de discriminación por su orientación sexual de manera regular) no se dan cuenta que con sus comentarios y acciones cotidianas están reproduciendo prácticas y discursos machistas o sexistas y desvalorizando a las mujeres.

      Esto es importante porque es necesario entender que ser parte de un grupo socialmente marginalizado o invisibilizado socialmente no nos hace “inmunes” a los procesos culturales y las construcciones que hacemos a través de ellos. Por este motivo es que considero que, como plantean los autores estudiados esta semana, es necesario hacer una educación descolonizadora, pero siempre debe empezar por el sujeto concreto, uno mismo. Si nosotros y nosotras desde la educación para la paz, no nos analizamos y no practicamos las estrategias planteadas en el “giro descolonizador” o en la “sociología de las ausencias”, caeremos irremediablemente en la reproducción de un discurso hegemónico de derechos humanos y un proceso emancipador y que reivindique todas las diversidades que han sido invisibilizadas.

      Referencias:

      De Sousa Santos, Boaventura (2006) Conocer desde el sur: Para una cultura política emancipatoria. Programa de Estudios sobre democracia y transformación global. ISBN: 9972-834-17-4. Perú.

      VTV Programas Completos (2017) Dossier entrevista al boliviano Juan José Bautista Segales - Doctor en Filosofía. (Vídeo de Youtube) Publicado el 10 de noviembre de 2017. Consultado del sitio: https://www.youtube.com/watch?v=PvMjFiGJES8


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